Bibliografia de Fernando Callejo

Fernando Callejo y Ferrer
Fernando Callejo y Ferrer nació en San Juan el 24 de noviembre de 1862. Compositor de danzas, músico, e investigador de nuestra historia musical. Era hijo del músico Sandalio Callejo y Ocasio, notable preceptor de música y director de orquesta, con él aprendió a amar esta rama del arte, y de Juana de Dios Ferré y Gutiérrez. Su niñez transcurrió en medio del mismo elevado ámbito musical isleño. Su padre era hombre de gran visión y honda reciedumbre de carácter. Había fundado con Tavárez, allá para los años de 1863, una revista musical, el Delirio de Puerto Rico, que consistía en la publicación de obras de autores puertorriqueños y selecciones de autores extranjeros en boga en el país. A los diecisiete años Fernando Callejo escribió su primera composición. Ayudó a su padre en la enseñanza y en la organización de grupos sinfónicos.
En el 1870 funda en Bayamón una academia de música y posteriormente, en el año 1878, sustituye a don Rosario Aruti, al morir este, en el cargo de director y maestro de música del famoso Asilo de Beneficencia. Para esta época, el joven Fernando ayuda a su padre en los menesteres de la enseñanza musical y la organización de grupos sinfónicos. Por eso, en el año de 1882 recibe el nombramiento de director de la banda municipal de Lares, cargo que desempeña por un año, pues se ve forzado a regresar al hogar al acaecer la muerte de su padre, el 16 de julio de 1883.
Este puesto titular de maestro y director de banda es el principio de la carrera musical de Fernando Callejo. Había viajado incansablemente por casi todos los pueblos de la Isla. Allá para el 1880, lo encontramos en Ponce en donde conoce personalmente a Tavárez y lo escucha tocar piano en el Café de las Delicias, una inolvidable mañana de agosto.

Desde 1884 hasta 1889 cursó estudios de música, filosofía y; cultura general en España. Al regresar a Puerto Rico se reintegra a sus labores musicales como preceptor de piano y como director de orquesta. Fue maestro en San Juan, Utuado, Ponce y Manatí. Alrededor del 1890 contrae nupcias con la dama utuadeña doña Trina Correa, descendiente directa del célebre Capitán Correa. En este último lugar nacieron sus hijos.
En el año de 1892 Fernando Callejo se encamina a Ponce, a la sazón la capital musical de Puerto Rico. Es entonces, precisamente, cuando toma como discípula a la niña Elisa Tavárez quien para esta época contaba trece años. Al año siguiente vemos a Callejo como promotor musical de Gonzalo de J. Núñez cuando este regresa a su Isla, luego de 18 años de brillante carrera musical en Europa.
El cambio de soberanía lo encuentra ocupado en la formulación y delineación de las bases de un Conservatorio de Música para Puerto Rico, las cuales trabaja con la cooperación del decano de compositores puertorriqueños, Felipe Gutiérrez y Espinosa. Las bases expuestas tienen una vigencia sorprendente, aún en nuestros días, 70 años más tarde. El proyecto no se pudo realizar nunca; pero quedaron las bases estipuladas para las futuras generaciones. Pasaron más de sesenta años para que la juventud boricua contara con un centro superior para la enseñanza musical.

A principios de siglo, fundó y dirigió una banda en Manatí, además de ocupar el puesto de administrador de correos hasta el 1921. Compuso 48 obras en las que se destacan: danzas, valses, sinfónicas, canciones y marchas. En 1915 publicó el libro Música y Músicos Puertorriqueños, donde recoge la vida y obra de la mayor parte de los músicos conocidos del país. Consideramos el momento en el cual ve la luz primera esta obra significativo. Esta es la primera obra en que se hace un auténtico esfuerzo por recoger lo escrito y dicho sobre nuestra música, crear un orden cronológico, conciliar teorías dispares y hacer un directorio de los músicos de la época. Con sobrada honradez Callejo se nutre de las fichas proporcionadas por los historiadores Salvador Brau y Cayetano Coll y Tosté. Los hace partícipes de su recuento mediante citas marginales. Asimismo agota los archivos eclesiásticos y escudriña en ellos el más insignificante dato que pueda traer luz a nuestro devenir musical. En algunas ocasiones acepta la colaboración de compañeros suyos, como en los casos de la biografía de Ana Otero a cargo de la Hija del Caribe y la de Felipe Gutiérrez y Espinosa a cargo de Don Braulio Dueño Colón. Lo publicó la Tipografía Cantero Fernández y Compañía, de San Juan.

El libro surgió como resultado de una conferencia que sobre el arte musical en Puerto Rico ofreciera en la Biblioteca Insular su autor el 14 de marzo de 1915, siendo publicado por el periódico El Tiempo, de San Juan. Entonces, como hoy, había gran falta de libros sobre el tema y la conferencia, según Callejo, "fue juzgada con simpatías, pidiéndoseme que la ampliara y editara".

La "simpatía" generada por la conferencia y el libro no fue general. Arteaga y Martínez Plée criticaron la conferencia, no sin asperezas, en la prensa. Sin duda alguna, la irritación que produjeron las omisiones (o peor aún, las inclusiones) de la conferencia, tuvo como efecto que Callejo, usando su buen juicio, consiguiera, para la edición del libro, la colaboración de Braulio Dueño Colón, de la "Hija del Caribe" y de Arístides Chavier. Lo que resultó fue una obra de calidad diversa, informativa pero irregular, que con el tiempo se transformó en un verdadero tesoro. Desgraciadamente muchos de los errores de Callejo han pasado como datos verídicos a la historia, y no importan los esfuerzos de musicólogos e historiadores posteriores a la publicación del libro, pues estos errores persisten en la mente del público.
El libro se lo dedicó a su hija Margarita, que estudiaba canto en Milán. Con la venta del mismo pagó los gastos de sus estudios en Italia.
Cultivó el género teatral, la canción de arte y la danza. Entre sus composiciones mencionaremos "Ojos Cantores" (danza) y "El 12 de mayo (zarzuela). Fernando Callejo falleció en New York, el 9 de noviembre de 1926. Sus despojos mortales reposan junto a los de su amada esposa, doña Trina Correa, en el cementerio de Lyndhurst de Nueva Jersey.
En reconocimiento a las aportaciones que hizo en Manatí-en las primeras décadas del siglo-en el año1965 se bautizó la nueva Escuela Superior de la ciudad con el nombre de Fernando Callejo, en cuya biblioteca se pintó un mural que recoje algunas etapas de su vida.